03 febrero 2009

Dialogo con la soledad

Desperté de un sueño extraño, aparecí en el mismo lugar de siempre y con la misma acompañante, aquella que está a mi lado desde algún tiempo atrás.

Poco a poco conforme abría los ojos escuche una voz diciendo que era el tiempo de reaccionar, que los designios de acuario se cumplirían nuevamente, que seguiría con la función de amar, entregar y al final solo terminar cansado.

El vacio me platicaba de este sentimiento, tu ausencia hacia obvio lo inevitable y el silencio decía adiós a lo que pudo ser.

Yo también puedo hablar de esa sensación, mi corazón no tiene una idea de lo que siento justo ahora, por mucho que quiera decirle las cosas bellas que hace unas horas hubieran pasado por mi cabeza, evito hacerlo para no ocasionar más daño.

Corazón creo saber el remedio, sí… necesitas estar solo necesitas querer quererte, aprender a estar contigo sin necesitar alguien por quien latir.

En este momento encuentro el cansancio, y me duele, pero lo que me duele vale a cambio de que estés bien, es un aprendizaje que me provoca ganas de gritar, escribir o dejar de hacerlo.

Irremediablemente una ilusión, un espejismo que apreció sabiendo no era tiempo de hacerlo, ignorando el augurio de lo que podía pasar.

Pero así es esto, el momento de querer no se escoge, porque si esperas encontrar el momento de querer, corres el riesgo de que se enfríe el corazón y se caliente la cabeza, hasta ahora encuentro una lección, enamórate, anda deja que te rompan el corazón, porque solo así aprenderás a levantarte.

1 comentario:

  1. Y tras levantarte....repite los mismos pasos no!?

    :)

    Si no, qué chiste.

    ResponderEliminar